El blog de Miguel Carmelo
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Educar y disfrutar

Viernes 27, 00:00 8 comentarios

Me divierte pensar que la educación es divertida. Me agrada observar como disfrutan los niños en su primera etapa de escolarización. Me pregunto por qué el aspecto lúdico se va perdiendo con el transcurso de los cursos académicos. Me intriga cuando se dice que ello es porque la educación se vuelve más difícil. A mí nada me parece tan difícil como aprender a leer y escribir; y ello se hace, disfrutando, en los primeros cursos. ¿Qué es lo que hace que el colegio se vuelva un lugar aburrido a donde los alumnos no quieren ir cada día? ¿Por qué las vacaciones es su objetivo primordial?

Seguramente nadie y cualquiera podríamos contestar a estas preguntas. Nadie porque si no ya habríamos dado con la solución. Cualquiera porque para responderlas no hace falta ser un experto, sino aplicar el sentido común que millones de alumnos, padres y profesores tienen.

A veces parece como si el eslogan de nuestro sistema educativo fuera “la letra con sangre entra”. De manera tal que todo lo que nos gusta y nos divierte no fuera educación. Por el contrario, lo aburrido y sombrío garantiza el aprendizaje. Este proceso anticuado donde la clase es un monólogo del profesor, el estudio está basado en la memorización por parte del alumno y el examen escrito es la única forma de evaluación, sigue siendo todavía la esencia de nuestro proceso pedagógico. Y en este contexto, esfuerzos evolutivos como el llevado a cabo por los 46 países que integran el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES, el llamado proceso de Bolonia), chocan de frente con la tradición de los sistemas imperantes en la enseñanza primaria y secundaria. La transformación que Bolonia trata de introducir mediante el cambio de paradigma que supone aprender a aprender frente el simple enseñar, o la introducción de las competencias junto a los conocimientos, encuentran alumnos poco preparados para asimilarlo dado que han sido formados en las etapas previas en modelos muy distintos. En otros países, sobre todo en los anglosajones, la educación gira más alrededor del alumno. Por tanto, su nivel de participación es más elevado. Hay un empleo mayor de pedagogías basadas en situaciones reales y menos memorización. Menos escuchar sólo al profesor y más aprender de los compañeros. Es un aprendizaje más social, y, por tanto, más activo y entretenido.

Si en la educación infantil y primaria se aprende jugando, por qué no podemos trasladar la idea a una educación secundaria y superior donde se aprende divirtiéndose. Donde reír sea una asignatura obligatoria para pasar de curso y disfrutar aprendiendo sea la herramienta pedagógica clave.

Todos los comentarios (8)

wendy frankel

Totalmente de acuerdo. En un buen sistema pedagógica los alumnos aprenden a pensar, a analizar y a compartir conocimientos. Participan activamente, y al hacerlo, disfrutan aprendiendo.

Alicia

Creo que el slogan que mencionas aplicado a la educación, “la letra con sangre entra” , es un reflejo de lo que hemos vivido en España hasta ahora: todos hemos comprobado de una forma u otra, cómo mostrándote feliz y contento con tu trabajo o tarea, pareces "menos profesional", "más frívolo", "menos preparado": como si la norma de medir la calidad y la eficiencia fuera demostrar "seriedad, rigidez y distancia"...cuando ésta actitud es exáctamente lo contrario a lo que requieren estos tiempos de intercambio de conocimientos y trabajo en equipo, creatividad e innovación.

Afortunadamente, esto también está cambiando en España a todos los niveles, y nos estamos acercando a un modelo donde lo que cuentan son los resultados...y, por favor, si es con una sonrisa y contagiando estusiasmo...mucho mejor!

Jorge

No digo que no tenga razón al decir que deberíamos intentar disfrutar más de los estudios y del aprendizaje durante toda nuestra etapa educativa. Sin embargo, yo de pequeño me lo pasaba pipa con mis amigos en el cole, y a medida que fui creciendo, a pesar de volverse el cole más difícil seguía gustándome ir a clase (siempre me ha gustado estudiar, lo reconozco).

No obstante, me gustaría dejar de ver o leer cómo nos comparan con el resto de países. Donde se da por hecho que los estudiantes en el extranjero se lo pasan mejor que nosotros los españoles o participan más en clase que los españoles. En que se fundamentan?

Acepto que hablen en base a números y estadísticas hechas en diferentes países, pero no creo que debamos seguir echando piedras sobre nuestro propio tejado con cosas que no podemos comparar realmente. Es más me atrevo a decir que no es cierta esa afirmación. Yo soy estudiante y en mi clase somos muy participativos y nos encanta debatir. Además he hablado con profesores que me comentan que en otras universidades a las que han ido a dar conferencias los estudiantes son más callados y menos colaboradores.

Gonzalo

El esfuerzo es clave para que podamos ofrecer una buena educación. Dado el momento en el que estamos, divertirse aprendiendo suena bien pero centremos nuestro discurso en buscar la manera de promover el esfuerzo, la responsabilidad, la implicación y el estudio. No hace falta que vaya con sangre... pero la diversión no es la solución a nuestros males. Qué cada cual encuentre la diversión en la autorrealización y en la satisfacción de cumplir metas y objetivos. Siento no estar para nada de acuerdo con usted y más en estos momentos en los que la educación necesita un cambio serio.

Diana

Es cierto que muchos sistemas educativos animan a los estudiantes a participar para, de este modo, contibuir a un desarrollo más rápido y a su vez, prepararlos para enfrentarse a situaciones reales. Cuanto más práctico es el aprendizae, más beneficioso y estimulante resulta para el alumno.

Monika

Bajo mi punto de vista, el esfuerzo no va en contra del divertirse aprendiendo, ni de la responsabilidad. De hecho, cuando uno disfruta haciendo las cosas se implica mucho más ellas y consigue mejores resultados. El esfuerzo no debe ser un fin sino un medio. La satisfacción de conseguir un objetivo se puede conseguir lo mismo, o mejor, divirtiéndose en el proceso.

Josep

Bastante simple el planteamiento.

Rafa Mompo

Alicia, me ha encantado tu comentario, con el que estoy muy de acuerdo. Quisiera añadir que la "seriedad, rigidez y distancia" es, en nuestra nueva sociedad, un posible síntoma de mediocridad.

Es fácil caer en la mediocridad; hay que estar alerta. Todas las mañanas me miro al espejo y algún que otro día me veo serio, rígido o distante. ¡Alarma! Entonces ese día hay que replanificarlo y hacer que el trabajo sea divertido.

Pero nunca cambiar el trabajo por diversión, sino hacer el trabajo divertido. Gonzalo, yo creo que verlo de esta manera podría hacer compatible tu visión con la de Alicia.

Y en la universidad los estudiantes pueden aprender a vivir su futura (o presente) profesión así.

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